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Cirugía vaginal, un tratamiento en alza por estética y salud

La reducción de los labios menores o del abultamiento del pubis; la corrección de una cicatriz de episiotomía; la reconstrucción del himen; el aumento de los labios mayores o un rejuvenecimiento vaginal tras los partos, son algunas de las muchas opciones que ofrece la cirugía íntima femenina.

Rasurarse el vello genital ha dejado al descubierto algunas anomalías en esta zona que antes no eran tan evidentes para la mujer. Según el doctor José Serres, cirujano plástico y presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), esta es la causa principal por la que este tipo de tratamientos quirúrgicos están en alza.

“El perfil mayoritario de la mujer que demanda este tipo de intervenciones por edad oscila entre 20 y 40 años, normalmente solteras”, afirma Joaquín García Aparicio, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética (SECE).

La paciente busca en estas operaciones normalidad, ya que son intervenciones que la gente pide porque tienen complejos o porque les provocan molestias de diferentes índoles.

Muchas veces razones estéticas más que de salud las que motivan a la mujer a someterse a una cirugía vaginal, pero a veces también existen molestias o problemas en las relaciones sexuales

La mujer no busca una mejora de su apariencia genital en la cirugía vaginal, sino recuperar una apariencia normal, reconstruir esa zona de su cuerpo que es anómal, le causa molestias o le produce un complejo.

Son intervenciones seguras aunque puede producirse alguna infección si la paciente no sigue las instrucciones y los cuidados después de la intervención.

Aunque se usa anestesia local y la recuperación es rápida, lo que podría hacer pensar en una operación sencilla, no es así puesto que se emplean suturas muy finas. Sin embargo, hay posibles riesgos en estas intervenciones. Ocasionalmente pueden presentarse complicaciones como reacciones adversas a la anestesia o a los antibióticos o antiinflamatorios; hematomas o en algún caso, raramente, puede producirse dehiscencia del labio reconstruido (que se suelte parte de la sutura) o necrosis de parte del tejido (muerte por mala circulación sanguínea), dando como resultado cicatrices no estéticas.

· Lipoescultura del pubis. A medida que las pacientes crecen, se produce una redistribución de la grasa corporal en diferentes zonas como la púbica. Mediante lipoescultura láser, se consigue el remodelado de la zona, buscando la armonía y el ideal estético del área

· Himenoplastia. Esta técnica consiste en la reconstrucción del himen, es una intervención reclamada en la mayoría de los casos por causas culturales o religiosas.

· Clitoriplastia. Consiste en una reducción del clítoris. El excesivo desarrollo de esta parte puede deberse a trastornos endocrinos o al consumo de esteroides.

· Labioplastia. El crecimiento exagerado de los labios menores, además de provocar un aspecto antiestético, puede dificultar las relaciones sexuales o una micción correcta que puede solucionarse con una operación reductora.

· Aumento del volumen de los labios mayores. Con el paso del tiempo, el volumen de los labios mayores puede disminuir debido a la atrofia de la grasa de la que están compuestos. Para aumentarlos de volumen se realiza una inyección de grasa obtenida de otra zona de la misma paciente mediante una técnica conocida como Lipofilling.

· Reconstrucción perineal. Como consecuencia de partos difíciles o traumatismos de otro tipo, la zona perineal (situada entre el ano y el inicio de la vulva) puede haber quedado agrandada o al contrario. Cuando la cicatrización de la herida de la episiotomía no ha sido correcta, algunas mujeres sufren molestias que pueden durar toda una vida y que tienen solución con diferentes técnicas: quirúrgica o con láser de CO2.

· Vaginoplastia más corrección de la incontinencia urinaria. Se trata de la solución quirúrgica para el estrechamiento o alargamiento de la vagina con técnicas novedosas para tratar este tipo de problema urinario, como la colocación de una malla anti-incontinencia conocida como mini sling.

· Toxina botulínica en el tratamiento del vaginismo. El vaginismo es la contractura anormal de los músculos perivaginales durante la penetración vaginal, haciéndola dolorosa y a veces imposible. La toxina botulínica, aplicada en dichos músculos, actúa como un relajante muscular.

· Eliminación de verrugas. Infecciones tales como el HPV u otro tipo de trastornos, pueden causar verrugas o lesiones en el área genital. Mediante el uso del láser, es posible la vaporización de las lesiones, sin cicatrices visibles.

· Estrechamiento vaginal no quirúrgico. Mediante el uso de rellenos bio reabsorbibles, la paciente puede disminuir el diámetro de su canal vaginal sin someterse a un procedimiento quirúrgico.

Ginecóloga Gabriela Bravo

Más información sobre temas de salud en:

www.ginecologasvigo.com

http://medicinaesteticavigo.com/

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